Nuestros nombres: Dalma, Ma. Estela, Macarena y Maribel.
Somos alumnas de 6to "C" turno tarde promo 2009 del IPEM 30 "Eduardo Simón Nemirovsky" de la localidad de Monte Cristo de la provincia de Córdoba.
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Somos alumnas de 6to "C" turno tarde promo 2009 del IPEM 30 "Eduardo Simón Nemirovsky" de la localidad de Monte Cristo de la provincia de Córdoba.
Fantasmas en la Carretera...
La leyenda del fantasma en la carretera es una de las más difundidas, esto se debe a que en todo el mundo suceden accidentes en las autopistas, rutas o caminos rurales y algunas de las personas involucradas pierden la vida en el fatídico incidente dando lugar a la suposición de que sus almas en pena vagan por el sitio sin saber que han muerto o para prevenir a los vivos de que corran su misma suerte.
Las leyendas que narran este tipo de apariciones se diferencian en dos puntos fundamentales:
Algunas relatan sucesos en los cuales los conductores ven por un instante una figura fantasmagórica a un costado del camino, que se cruza de repente frente al coche, o que se materializa en el asiento trasero, generalmente cuando se transita por el punto exacto en donde ocurrió su deceso.
Otras cuentan la historia de automovilistas que recogen a una persona que hace autostop en la carretera, dialogan con ella por unos momentos en los cuales ésta puede o no hacer algún tipo de advertencia para luego desaparecer sin dejar rastro o bien olvidando alguna pertenencia personal en el asiento del coche. Podés ver en este mismo blog "La Dama de blanco...."
Pocas son las leyendas en las cuales el conductor deja al pasajero fantasma en su hogar y al regresar por cualquier razón se encuentra con la sorpresa de que su autoestopista en realidad llevaba muerto varios años.
Esta leyenda urbana es un clásico del folclore francés y forma parte del arsenal de cuentos de los viajeros que transitan estas tierras.
El 20 de mayo de 1981 en Palavas, era medianoche y 4 amigos volvían a Montpellier en su coche, las 2 chicas iban sentadas en el asiento trasero y los 2 varones adelante. Por el camino ven a una mujer de unos 50 años haciendo autoestop, ésta está vestida con un impermeable blanco y lleva un pañuelo del mismo color en su cabeza. Los jóvenes detienen el coche y se ofrecen a llevarla diciéndole “Vamos hacia Montpellier, ¿Le viene bien?” la señora se limita a sonreír, accede y se sienta en el asiento de atrás en medio de ambas chicas.
Durante un rato siguen camino a una velocidad poco prudencial y la mujer no emite sonido alguno, pero al llegar a la intersección de la carretera de Villeneuve les Maguelonne en Pont Vert, donde la carretera de Montpellier presenta una curva bastante pronunciada ella grita a viva voz “cuidado con la curva” logrando que el conductor preste atención a la carretera. Al instante se oyen los gritos despavoridos de las chicas. La mujer se había esfumado.
Horas más tarde los jóvenes hacen la denuncia en la jefatura de policía y la historia se divulga.
En cuanto a este relato en particular están los que afirman la veracidad de la historia y los que por supuesto la niegan y la suman a las largas colas de leyendas urbanas, esto es una decisión personal. Lo que sí se puede rescatar es que está especialmente dirigido a todos aquéllos que circulan por los caminos de forma irresponsable; la dama de blanco apareció para impedir que otros pierdan la vida de la misma forma que ella lo hizo.
Si sucedió realmente o no, eso nunca lo sabremos, pero de lo que se tiene certeza es que la mayoría de los conductores que transiten por ese sitio y conozcan la historia prestarán especial atención a dicha curva.
Y ustedes… ¿alguna vez vieron un fantasma en la carretera?
Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que golpeó a su madre. Es muy pequeño, lleva un sombrero grande y llora como una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de lana, cuando se acerca a alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado. Algunos dicen que, sin importar la elección, el duende golpeará siempre con la de hierro. Otros, en cambio, aseguran que los desprevenidos eligen la de lana y que es ésta la que en realidad más duele.
Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la hora de la siesta o en la noche en los cañadones o quebradas. Tiene predilección para con los niños de corta edad, aunque también golpea sin piedad a los mayores.
En la zona de los Valles Calchaquíes existen dos historias muy curiosas con respecto al duende: Una cuenta que un arqueólogo, internándose en el cerro a horas de la siesta escuchó el llanto de un niño. Al acercarse vio un párvulo en cuclillas y con la cabeza gacha. Cuando le preguntó si qué le sucedía, el niño alzó su maligno rostro y mostrando sus agudísimos dientes al tiempo que sonreía, le dijo:
- Tatita, mírame los dientes...
El "gringo" salió corriendo tan veloz como las piernas le daban y nunca regresó.
La otra historia, narrada por Lucindo Mamaní, de Tafí del Valle, cuenta que se vió al duende conversando en un zanjón con un niño que estaba a su cuidado (actualmente un prominente médico). Al acercarse don Lucindo, el duende -llamado "enano del zanjón" por los lugareños- salió huyendo.